por Carla Araujo
Ciclo Lectivo 2015
Turno Mañana
Introducción
En el
siguiente trabajo se analizará la influencia de la matriz colonial del poder
desde la incidencia de la Modernidad y su pensamiento eurocéntrico en la
construcción de una lógica de saberes y su difusión a través de instituciones tales
como el Museo, cuyo ejemplo estará representado por medio de imágenes que
comprenden distintos rincones del mundo, para ver, a través del contenido
teórico abordado desde autores como Walter Mignolo, Aníbal Quijano y Enrique
Dussel, entre otros, qué mensajes y consecuencias ha dejado esta estipulación
de la producción del conocimiento hasta tiempos actuales.
Colonialismo-
Modernidad
Para analizar la matriz colonial del poder,
tomando la teoría de W. Mignolo, deben pensarse dos niveles semióticos: el
nivel del enunciado y el nivel de la enunciación. Observando el primer nivel, la matriz
colonial actúa en cuatro ámbitos interrelacionados: la subjetividad, la
autoridad, la economía y el conocimiento. Todos están interrelacionados entre
sí y no pueden comprenderse individualmente, sino en conjunto (MIGNOLO, P.49).
Para el autor mencionado, además, la colonialidad forma parte de una fase
oculta de la modernidad, es decir, que ambas son “caras de la misma moneda”,
respondiendo a la lógica del mundo capitalista policéntrico.
Tomando las definiciones conceptuales
que desarrolla Dussel en la compilación de sus conferencias, la
"Modernidad" presenta dos significados ambiguos: uno positivo, en
tanto que se interpreta como la “emancipación” racional; y otro negativo, como
justificación de una praxis irracional de violencia basada en una mítica. Este
mito implica a una civilización, que se auto
comprende como “más desarrollada”; un grupo bárbaro, primitivo, que se opone a
la “modernización”; el uso de la violencia justificada por tal motivo; y en
consecuencia, “victimas” y “héroes” de este proceso. Por el carácter "civilizatorio" de la "Modernidad",
se interpretan como inevitables los sufrimientos o sacrificios (los costos) de
la "modernización" de los otros pueblos "atrasados"
(inmaduros) de las otras razas esclavizables, del otro sexo por débil,
etcétera. (DUSSEL, 1994, p.175-176). Teniendo en cuenta este mito
civilizador, autores como Dussel, Quijano y Mignolo coinciden en que el origen
de la Modernidad no fue con el Renacimiento del Quatroccento, sino a partir de
1492, fecha estimada del “descubrimiento” del “Nuevo Mundo”. No obstante, debe
tenerse en cuenta que Europa previamente ya establecía contactos con Oriente y
África, es decir, ya había una aproximación a la configuración del “otro”.
Eurocentrismo
Un
elemento importante que caracteriza a la matriz colonial del poder es el
eurocentrismo. Para A. Quijano, es una perspectiva de conocimiento que comenzó a
desarrollarse aproximadamente en Europa Occidental antes de mediados del siglo
XVII, asociada a la secularización burguesa del pensamiento europeo y a la
experiencia y las necesidades del patrón mundial de poder capitalista,
colonial/moderno, eurocentrado, establecido a partir de América. De todos
modos, no se refiere a todos los modos de conocer de todos los europeos y en
todas las épocas, sino a una específica racionalidad o perspectiva de
conocimiento que se hace mundialmente hegemónica colonizando y sobreponiéndose
a todas las demás, previas o diferentes, y a sus respectivos saberes concretos,
tanto en Europa como en el resto del mundo (QUIJANO, 2000, p. 218- 219).
Al igual que la Modernidad, el
eurocentrismo también posee un “mito fundacional”. Este se basa en la idea del
estado de naturaleza como punto de partida del curso civilizatorio, cuya
culminación es la civilización europea u occidental. Dicho mito fue asociado
con la clasificación racial de la población del mundo. Esa asociación produjo
una visión en la cual se amalgaman, paradójicamente, evolucionismo y dualismo (QUIJANO,
2000, p. 220). Para el autor, el eurocentrismo tiene una serie de componentes
fundamentales:
a) una articulación peculiar entre un
dualismo (precapital-capital, no europeo-europeo, primitivo-civilizado,
tradicional-moderno, etc.) y un evolucionismo lineal, unidireccional, desde
algún estado de naturaleza a la sociedad moderna europea;
b) la naturalización de las
diferencias culturales entre grupos humanos por medio de su codificación con la
idea de raza; y
c) la distorsionada reubicación
temporal de todas esas diferencias, de modo que todo lo no-europeo es percibido
como pasado.[1]
La producción de
conocimiento
Retomando
los ámbitos en los que invade la colonialidad, mencionados líneas arriba, W.
Mignolo hace referencia al campo a la gestión y al control de las
subjetividades en relación a la producción del conocimiento. El campo de la
subjetividad abarcaría, por ejemplo, a la educación, los museos, las universidades,
los medios de comunicación y el mundo publicitario. Es en estas áreas donde el
saber fluye y se pone en juego el mensaje que se pretende transmitir a su público.
En
palabras de Anibal Quijano, la elaboración intelectual del proceso de
modernidad produjo una perspectiva de conocimiento y un modo de producir este
mismo que evidencian el carácter del patrón mundial de poder: colonial/moderno,
capitalista y eurocentrado. (QUIJANO, 2000, p.218). El resultado de la historia
del poder colonial tuvo dos implicaciones decisivas: el despojo de la identidad
histórica de los pueblos periféricos, y la configuración de una nueva identidad
racial, colonial y negativa, que implicaba el despojo de la producción cultural.
En adelante no eran sino razas inferiores, capaces sólo de producir culturas
inferiores. Implicaba también su reubicación en el nuevo tiempo histórico
constituido con América primero y con Europa después: en adelante eran el
pasado. En otros términos, el patrón de
poder fundado en la colonialidad implicaba también un patrón cognitivo, una
nueva perspectiva de conocimiento dentro de la cual lo no europeo era el pasado
y de ese modo inferior siempre primitivo (QUIJANO, 2000, p.221).
Así,
la modernidad y la racionalidad fueron imaginadas como experiencias y productos
exclusivamente europeos. Las relaciones intersubjetivas y culturales entre
Europa y el resto del mundo, fueron codificadas en nuevas categorías duales:
Oriente-Occidente, primitivo-civilizado, mágico/mítico-científico,
irracional-racional, tradicional-moderno. En suma, Europa y no-Europa. Durante
el siglo XVIII, ese nuevo dualismo fue amalgamado con las ideas mitificadas de
“progreso” y de un estado de naturaleza en la trayectoria humana. Así, todos
los no europeos pudieron ser considerados, de un lado, como pre-europeos y al
mismo tiempo dispuestos en cierta cadena histórica y continua desde lo
primitivo a lo civilizado, de lo irracional a lo racional, de lo tradicional a
lo moderno, de lo mágico-mítico a lo científico. En otras palabras, desde lo
no-europeo/pre-europeo a algo que en el tiempo se europeizará o “modernizará” (QUIJANO,
2000, p.225)
Museos
El museo y la universidad son dos instituciones no solamente educativas,
sino que son instituciones que controlan el conocimiento. La universidad
estaría más fundada sobre las disciplinas, sobre la escritura, sobre la lógica,
sobre la gramática. El museo, en cambio, se basa más sobre lo visual (MIGNOLO,
2008).
En la creación de la modernidad, se ha
incluido a la institución del museo, el cual ya se ha mencionado líneas arriba
como parte del entorno de subjetividades que maneja la matriz colonial del
poder. Así, se ha dado por sentado que estos forman parte «de manera natural»
de la imaginación y la creatividad europeas. Por su parte, Natalia
Sacchi, explica que el museo moderno actúa como institución de disciplinamiento
de la mirada. Se resguarda, a la misma y se produce la representación del
sujeto hegemónico. La “trampa de la visibilidad” funciona en el museo sabia y
cruelmente: cuando caminamos por sus
galerías no podemos verificar nuestra visibilidad, estamos sujetos a la
cronología, el recorrido, obligados a las formulas del buen mirar, a los
rituales de la admiración de la belleza. Sus formas de vigilancia sobre las
representaciones hunden sus raíces y se entrelazan en otras formas
disciplinares como la escuela, el laboratorio, el archivo: cada pieza de arte
puede ser observada, representada, mirada, analizada, glosada, expuesta, cada
pieza de arte es una inoculación de subjetivación.(SACCHI, 2014, p.11-12)
Los precursores al museo tal como los
conocemos actualmente son los Wunderkammer (“Gabinete de curiosidades”- “museo
de historia natural”) y los Kunstkammer (“Gabinetes de arte”- “museos de
arte”). A pesar de su diferenciación en cuanto al producto de exhibición, los
Kunstkammer establecidos en Occidente se convirtieron en el escenario donde se
exponen las curiosidades traídas de las colonias europeas, la mayoría de las
veces, procedentes de saqueos. Por lo tanto, queda en claro que el museo
también delimita qué es y qué no es arte, concibiendo a la misma en relación a
lo “moderno” y lo “civilizado”.
Finalmente, Walter Mignolo explica que los
museos, tal como los conocemos hoy, no existían antes del año 1500. Se han
construido y transformado –por un lado– para ser instituciones donde se honra y
se expone la memoria occidental, donde la modernidad europea conserva su
tradición (la colonización del tiempo), y –por el otro– para ser instituciones
donde se reconoce la diferencia de las tradiciones no europeas (MIGNOLO, p.46).
Es decir, una delimitación explícita de aquello europeo y no-europeo, lo
civilizado y lo incivilizado, entre otras dualidades.
Análisis de imágenes
A
continuación se analizarán imágenes pertenecientes a distintos museos, que
abarcan tanto temáticas como “civilizaciones” de distintas partes del mundo,
desde Europa, hasta África y Asia, concluyendo con América y específicamente en
argentina, para ver qué mensajes o incidencias dejan cada una.
Imagen 1: The British Museum; Fachada. |
La institución está organizada por galerías, las cuales se clasifican según la "civilización". Las exhibiciones están compuestas desde reliquias y artefactos materiales hasta pinturas, como puede apreciarse en las imágenes 3 y 5. Todos los objetos son preservados y dispuestos en mostradores, de tal manera que da la sensación, no sólo de una función didáctica al enseñar las características artísticas y estéticas de cada pueblo, sino que incluso, dan la sensación de ser mostrados como "trofeos de guerra" o de cacería. Llama la atención, por otra parte, la Enlightenment Gallery (Galería de la Ilustración, imagen 2), conocida anteriormente como la "Biblioteca del Rey", construida entre 1823 y 1827. Posee esculturas y trabajos de los grandes pensadores del período. No resulta casual que los grandes pensadores de la "modernidad" posean una sala propia.
El museo cuenta con diversos cronogramas de actividades y guías para organizar las visitas. Pero lo más impactante es la llamada "vuelta al mundo en noventa minutos", en la que se invita al público a realizar un recorrido por los distintos pueblos y civilizaciones. Esto resulta muy significativo, ya que la institución estaría asumiendo que posee todos los saberes y culturas del planeta comprimidos en un edificio, relacionado también en parte por las características del mundo globalizado y la velocidad de la comunicación a nivel total.
Imagen 2: The British Museum; Enlightenment Gallery. |
Imagen 3: The British Museum; Egyiptian Sculture Gallery. |
Imagen 4: The British Museum;
Collecting the World (sala temática)
|
Imagen 5: The British Museum;
Africa Gallery; room 25.
|
Imagen 6: Rijksmuseum; Ámsterdam, Holanda. |
El Segundo museo a
analizar es el Rijksmuseum (“Museo Nacional”) construido en Ámsterdam en el año
1885 para guardar las colecciones reales. Por
su arquitectura, puede decirse que es un “gran palacio” (imagen 6). Un palacio civil, dedicado al pasado, a la
memoria, construido en una parte de la ciudad que a finales del siglo XIX se
estaba urbanizando, justo al lado de la ciudad del siglo XVIII (DE LA
FUENTE, 2013). Las colecciones más características que resguarda
son las de pinturas del Siglo de Oro holandés, aunque también posee una
amplia colección de arte asiático y egipcio. Entre las primeras, puede
apreciarse la colección de máscaras
de indonesios (imagen 7), consideradas como “curiosidades”, realizadas en 1910 con la intención de
clasificar las morfologías de las razas humanas y que tal y como están
exhibidas forman una obra de arte conceptual moderna, una reflexión actual
sobre el eurocentrismo y el colonialismo, una crítica a la ciencia, con objetos
por ella producidos en el pasado (DE LA FUENTE, 2013). Esto podría
vincularse con la idea euro centrista de clasificación de “razas” y pueblos,
con el objeto de establecer, como se ha mencionado líneas arriba, quiénes eran
europeos o no-europeos, o mejor dicho, civilizados o no-civilizados.
En tercer lugar, el
Museo de Arte Nasher (Nasher Museum of Art, en honor al coleccionista Raymond
Nasher), ubicado en la Universidad de Duke en Carolina del Norte, presentó en
el año 2009 por parte de Pedro Lasch, una instalación llamada “Black
Mirror” (Espejo Negro- imagen 8),
creando el mismo a partir de piezas del sótano del Museo
correspondientes a la civilización Azteca y Maya. Estas piezas fueron
dispuestas en frente de un espejo opaco. La exhibición es descripta por W.
Mignolo de la siguiente manera: Tú entras
a la sala y ves el revés de todos los objetos, los objetos miran hacia el
espejo negro y una luz da al objeto. El objeto se refleja, o sea que estás
detrás del objeto pero ves el frente en el espejo negro muy claramente. Cuando
estás mirando al frente, se empiezan a ver imágenes difuminadas, y son las
imágenes del Greco, de Velázquez, de toda la elite de la monarquía española que
está en la sombra. Entonces esto me parece un ejemplo espectacular de cómo a
través de las instalaciones se puede crear visualidades que además generan
nuevas teorías para desmontar la colonialidad de la imagen, del museo; producir
instalaciones decoloniales y generar conversaciones, teorías, pedagogías
decoloniales (MIGNOLO, 2008).Imagen 7: Rijksmuseum; Máscaras de indonesios (1910) |
Imagen 8:
Pedro Lasch; Black Mirror/Espejo Negro; Nasher
Museum of Art; 2009.
Por último, en el caso argentino, en el Museo Nacional
de Bellas artes fundado en 1895 se encuentra, en la Sala de Arte argentino del
siglo XIX la pintura de Angel Della Valle, “La vuelta del malón” (1892). En él
se pueden apreciar personajes como la “cautiva”, una figura femenina central de
piel blanca que yace en las manos de un indio a caballo. Vale apreciar, además,
la expresión de los indígenas, las reliquias de las iglesias que “han
saqueado”, la oscuridad de la imagen, y las cabezas que llevan en sus costales,
acrecentando así la imagen de “barbarie” que se pretende representar. En
palabras de Natalia Sacchi: la nación
cautiva, el territorio cautivo (entre desiertos) son, como ya hemos mencionado,
el imaginario que va a legitimar la masacre de miles de personas. El museo de
arte y el archivo bibliográfico resguardará estas ficciones como documentos que
atestiguan la fundación de la nación (SACCHI, 2014, p. 10). Con este
ejemplo se puede ver, por lo tanto, cómo la idea del dualismo fabricado por el
eurocentrismo ha repercutido en la creación de Estados Modernos en América
Latina.
Imagen 9: Della
Valle, Angel; La vuelta del malón; 1892; Museo Nacional de Bellas Artes,
Sala
24: arte argentino del siglo XIX.
|
Conclusión
Se ha visto cómo todas estas imágenes
extraídas de distintos rincones del mundo ponen de manifiesto las ideas
fabricadas desde la matriz colonial del poder, traídas hasta tiempos actuales
producto del avance de las comunicaciones, que, como ya se ha mencionado, es
una característica del mundo globalizado actual, cuyo antecedente es,
claramente, la modernidad. A pesar de que se ha visto a los museos y su
material de exhibición como el triunfo no solo de este avance comunicacional,
sino también del colonialismo y la capacidad de imponer poder y terror desde
una civilización para con un pueblo considerado distinto, o mejor dicho, “inferior”,
la mayoría de los autores trabajados coinciden con la esperanza de que a partir
de las instituciones que han dejado la producción y difusión de conocimiento
moderno tal como la institución del Museo, se puede crear, a partir de la
misma, nuevos espacio de “des colonización”, con el objetivo de crear y
reconfigurar las propia identidad fuera de los parámetros modernos. No
obstante, esta cuestión sigue en proceso y está sujeta a diversas críticas.
Bibliografía:
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