martes, 16 de febrero de 2016

Acerca de la matriz “colonial" del poder

por Matías Vázquez
TM/Ciclo lectivo 2015

En primer lugar, creo fundamental realizar una primera aproximación respecto del contexto en que está inscripta la colonialidad, desde sus orígenes hasta la actualidad. Para empezar, cabe destacar que es un fenómeno propio de la modernidad (Mignolo, 2010). Esto no significa que antes no hubiera imperios que dominaran a otras culturas. El cambio fundamental de este fenómeno es el hecho de la fundamentación conceptual, la estructura ideológica que sostiene y justifica la conquista no sólo para el imperio sino también sobre los conquistados.
De manera esquemática, quisiera trazar algunos lineamientos referidos al Renacimiento, que es el momento que luego dará origen al pensamiento moderno. La Revolución Científica que permitió establecer, por medio de la razón, leyes universales, dio una herramienta epistemológica fundamental para justificar la construcción de una historia universal eurocentrista que justificará la dominación de Europa sobre el resto del mundo, introduciendo la concepción de Edad Media que vela los períodos de auge en otras partes del mundo, centrando la mirada en Europa. Esta historia de Occidente buscó invisibilizar cualquier otro tipo de análisis e interpretación de la historia, condicionando la lectura que los propios pueblos colonizados harían de su propia historia una vez que fueran exitosamente cooptados por el pensamiento occidentalizante “civilizatorio”.
La idea de la modernidad, asociada al progreso, logró establecer los patrones europeos como universales, frente a los cuales cualquier país debería seguir su modelo para progresar, tanto económica como culturalmente. En efecto, sólo existe una modernidad, universal, creada por Europa y capaz de absorber las diferencias del resto del mundo al auto-instituirse como patrón de desarrollo.
En este marco se crean dos instituciones fundamentales para llevar esta concepción del mundo a todos los rincones del planisferio. Las universidades y los museos son funcionales a la modernidad por su capacidad de expandir una determinada mirada, un juicio valorativo del mundo y, al mismo tiempo, pueden adjurar un supuesto objetivismo en sus formas y creaciones resguardándose en el método científico. En efecto, las currículas de las universidades serán pautadas a partir de preconceptos colonizadores. No sólo la Historia, con la ya mencionada creación de la Edad Media y el avance ficticio de las sociedades en línea recta con una concepción teleológica de inevitabilidad hacia el presente, sino también todas las disciplinas que esquemáticamente asocian el progreso y lo importante a Europa. La economía propone modelos de desarrollo productivo y expansión que responden al camino particular de Europa y a su propio desarrollo de tintes mercantilistas. La filosofía occidental es revalorizada por sobre la oriental, ocultando el hecho de que la tan mentada "antigua Grecia" responde más a un sistema mundo inscripto en el mediterráneo con fuertes conexiones con el cercano Oriente que al Occidente aún prácticamente despoblado. Tal vez el caso paradigmático es el de la Historia del arte, que pasa completamente por alto cualquier producción oriental o de las distintas culturas precolombinas para abocarse únicamente a las distintas representaciones religiosas de la Edad Media.
Los museos contribuyen de igual modo a establecer una linealidad en la historia que pondere ciertos rasgos de la cultura de la humanidad por sobre otros, dividiendo los hallazgos arquitectónicos en estadios más o menos arcaicos según la distancia que tengan con la estructura europea moderna post-renacentista. Esta herramienta permite entonces el control y legitimación del conocimiento, que luego los institutos de educación se encargaran de reproducir.

Uno de los más claros ejemplos de la colonización del espacio geográfico, no sólo en términos materiales, sino también simbólicos, es la imposición de un mapa determinado, el cual sitúa a Europa en el centro y arriba con relación al resto de los continentes.


Esta mirada, sin embargo, fue fuertemente discutida, principalmente hacia mediados del siglo XX por distintos pensadores latinoamericanos. Uno de los casos paradigmáticos es el de Joaquín Torres García (1874 - 1949), este artista uruguayo propuso, a través de su obra América invertida (1936) una nueva mirada del continente americano que simbólicamente buscó invertir el orden preestablecido modificando la representación de superioridad del norte sobre el sur en el mapa.

Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos relativamente aislados que intentaron poner en evidencia los distintos aspectos del plano simbólico de la colonización, el discurso hegemónico logró insertarse en el sentido común de los distintos actores sociales en su conjunto, es decir, en los valores propios de cada sociedad. La educación es de gran utilidad en este terreno al funcionar como control de subjetividades, capaz de condicionar las representaciones de los sujetos, estableciendo una objetividad pre-configurada por la matriz colonial. Así como la escuela cumple la función de homogeneizar a la población inculcando determinados símbolos patrios o costumbres propias de la nación y la cultura donde se encuentra inserta, de igual modo logra naturalizar preconceptos propios de la modernidad, que responden justamente a los esquemas de conocimiento hasta aquí trabajados, en aras de lograr una mayor aceptación del discurso dominante. Se podría hablar inclusive de la presencia de un velo capaz de ocultar las diferencias históricas para generar la conciencia artificial del progreso de la humanidad en su conjunto, como si cada sujeto se encontrara irremediablemente atado a la suerte del otro, universalizando el esquema de desarrollo europeo.

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Quisiera ahora detenerme en las representaciones que realiza la sociedad y la escuela acerca del proceso de colonización, tomando como ejemplo la mirada aceptada socialmente en Argentina con respecto a la llegada de Colón a América. Para esto, voy a mostrar algunas publicaciones de revistas destinadas a un público infantil con motivo de la conmemoración del denominado “Día de la raza”, es decir, el 12 de octubre.
En esta imagen, de la Revista Anteojito, nos encontramos con un primer plano de dos personajes que simbolizan la llegada de los españoles a América. En el fondo se encuentra la estatua de Colón, antiguamente emplazada detrás de la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo de la Nación Argentina. Lo que salta a la vista es la asociación de la fecha patria de forma directa con los elementos españoles del hecho histórico. No solo no se encuentra ningún rasgo de resignificación del proceso sino que parecería estarse manifestando un único relato, el de la conquista.

Nuevamente, esta imagen arroja, en forma exclusiva, información sobre los conquistadores. Colón es valorado positivamente y su expedición tomada como una gran aventura, una “epopeya”.






En la tercera tapa aquí presentada, correspondiente a la publicación Condorito, se vuelve a rescatar la figura de Colón, dejando totalmente excluido del relato cualquier elemento que no tenga que ver con Europa. Inclusive se ven representados los reyes de España, que están financiando la expedición, tomando a Colón por un loco.
Hasta aquí entonces, asistimos a un grupo de imágenes que invisibilizan por completo la figura de los pueblos originarios, valorizando exclusivamente la versión europea de los acontecimientos. Es posible pensar cómo este tipo de relatos sirven para naturalizar el orden social establecido en la modernidad, donde el patrón para todo lo bueno y provechoso es lo hecho/propuesto por Europa, inclusive la colonización de buena parte de mundo. De este modo, la sociedad es preparada, consciente o inconscientemente, a que debe asociar su propio origen no a Latinoamérica, sino a España, fuente de toda sabiduría y desarrollo humano.
Veamos cómo son representados los pueblos originarios, la otra cara de la modernidad. 
En esta imagen, aparece la figura de los pueblos originarios pero en una actitud un tanto particular. Señalan las carabelas de Colón con entusiasmo y felicidad, al mismo tiempo que presurosamente comienzan a preparar comida para agasajarlos cuando finalmente lleguen. Parecería ser que el hecho de la bondad de los españoles y su carácter civilizatorio fuera reconocido incluso por los propios nativos, que encuentran en el arribo de la expedición algo para festejar.


En esta imagen asistimos justamente al momento en que Colón arriba a las costas de América y se encuentra con un nativo. Este "encuentro de culturas" ha sido largamente trabajado por distintos autores. Es notable la felicidad de los dos personajes por conocerse, como si sólo algo provechoso pudiera resultar de tal contacto. 


En esta otra imagen, vemos nuevamente el encuentro de estas dos culturas, con la particularidad de que en este caso el encuentro es entre un hombre y una mujer, e inclusive el primero parecería estar cortejándola. No sólo no refleja el choque cultural y material que significó este encuentro sino que inclusive pone de manifiesto la posibilidad de que haya una conexión entre un mundo y otro, en el que prevalezcan los aspectos civilizatorios del europeo.

Hasta aquí entonces, nos encontramos con una literatura destinada a un público infantil, escolarizado, producida en ocasión de la celebración del 12 de octubre, en el que no sólo se conmemoran los acontecimientos, sino que se toman como universales y naturales los preceptos propios de la modernidad occidental y civilizatoria por sobre los pueblos originarios precolombinos. 
Con estas imágenes, he querido mostrar el gran alcance simbólico del relato oficial de la escuela durante las décadas del '60 y del '70, que conlleva incluso a una reconfiguración del pasado en pos de legitimar una posición de dominación y supremacía sobre otros países, como los latinoamericanos, asociados al subdesarrollo, de forma natural y absoluta.

Bibliografía citada: 
- Mignolo, Walter (2010) "La colonialidad: la cara oculta de la modernidad" en Desobediencia epistémica. Retórica de la modernidad, lógica de la colonialidad y gramática de la descolonialidad. Buenos Aires: Ediciones del Signo. 2010, 126 pp

Imágenes disponibles en: 
http://fanasdegf.blogspot.com.ar/2010/10/las-portadas-de-anteojito-en-el-dia-de.html Capturadas el 16 de febrero de 2016


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